Relación entre la educación y la prosperidad nacional: un análisis global
Un reciente documento de trabajo del demógrafo Nicholas Eberstadt, reconocido investigador del American Enterprise Institute (AEI), ofrece un análisis profundo y preocupante sobre el desempeño educativo en China. El estudio, respaldado por la Oficina de Evaluación Estratégica del Pentágono, no solo se centra en Asia, sino que examina cómo la educación influye en la productividad y el bienestar económico de los países en todo el mundo.
El objetivo principal del proyecto fue estudiar el “capital del conocimiento”, es decir, las habilidades y conocimientos económicamente productivos de las poblaciones nacionales. La investigación analiza cómo varía este capital entre países, cómo impacta la productividad per cápita y qué factores lo determinan a nivel internacional.
Para ello, se utilizaron múltiples fuentes de datos, en particular evaluaciones internacionales como PISA y TIMSS, y se aplicaron diversas metodologías analíticas, algunas basadas en suposiciones y modelos estimativos.
Hallazgos clave sobre educación y productividad
Antes de centrarse en el caso de China, Eberstadt destaca varios hallazgos relevantes:
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Resultados educativos como indicador económico: Las puntuaciones obtenidas por los estudiantes en exámenes estandarizados ofrecen información significativa sobre el potencial económico actual y futuro de un país. Tal como lo han demostrado investigaciones anteriores, la calidad educativa de hoy anticipa la prosperidad de mañana.
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Diferencias marcadas en productividad: Una variación de 100 puntos en el puntaje promedio de logros académicos se asocia con una diferencia de aproximadamente 25 puntos porcentuales en la productividad per cápita diez años después.
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Impacto conjunto de logro académico y escolaridad: Al combinar el nivel de escolaridad alcanzado con los resultados de las pruebas, se puede explicar cerca del 30% de la brecha de productividad entre las economías más y menos productivas del mundo.
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Tendencias globales en el capital del conocimiento: Actualmente, dos fuerzas están redefiniendo el panorama educativo global. La primera es la expansión constante de la educación, lo que incrementa las habilidades de la población en edad laboral. La segunda, menos discutida, es el deterioro de las competencias en adultos, una problemática que suele pasar desapercibida.
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Factores que influyen en el rendimiento académico: Según los modelos desarrollados, factores socioeconómicos como el nivel educativo nacional, los ingresos, el grado de urbanización y el entorno empresarial explican hasta el 70% de las diferencias entre países. Al incorporar dos elementos adicionales—la geografía y la capacidad cognitiva (medida a través del coeficiente intelectual promedio)—la capacidad predictiva de los modelos aumentó al 90%.
Este enfoque no analiza los sistemas educativos en sí, sino el nivel educativo de la población de un país, medido por años de escolarización y desempeño en pruebas. El documento no busca ofrecer soluciones para mejorar la educación, sino demostrar por qué es tan importante y qué factores están relacionados con un alto rendimiento académico.
China y la incógnita de su éxito en PISA
En la parte final del estudio, Eberstadt aborda el caso de China y su sorprendente desempeño en las pruebas PISA. La pregunta central es: ¿por qué China obtiene resultados tan altos y se pueden considerar confiables esos datos?
El análisis sugiere que los resultados reportados por la OCDE para China son engañosos. Esto se debe, principalmente, a que los estudiantes chinos que participan en PISA provienen únicamente de cuatro grandes ciudades (como Pekín y Shanghái), lo cual no representa a toda la juventud del país. Además, el hermetismo del gobierno chino impide saber con certeza si siquiera esos participantes son una muestra representativa de sus respectivas ciudades.
Al modelar los resultados de China en su conjunto, utilizando datos de 2009 a 2015, Eberstadt estima que su desempeño académico real se ubicaría entre el de Kenia y Camboya. No obstante, reconoce que la educación en China ha mejorado en los últimos años, y actualmente sus resultados podrían compararse con los de países como Turquía o Malasia.