Shelton destaca el saque “subestimado” de Sinner y lo pone a la altura de Alcaraz
El estadounidense Ben Shelton, protagonista de la mejor actuación de su carrera en Roland Garros al llegar a octavos de final, elogió el juego de Jannik Sinner y lo comparó con el de Carlos Alcaraz, a quien el italiano llevó al límite en la reciente final del Grand Slam parisino.
En entrevista con Tennis Channel, Shelton confesó que encendió la televisión cuando el marcador estaba 6-5 en el quinto set para “asomarse al tie-break más dramático” que recuerda. Sabía que el duelo había tenido altibajos: “Primero Sinner se puso tenso, luego Alcaraz, y al final ambos se enfrascaron en una guerra desde el fondo. El saque dejó de contar; simplemente metían la bola y empezaba la batalla”, relató.
Shelton describió cada punto del desempate como “una locura”. A su juicio, los primeros seis o siete intercambios de Alcaraz fueron “de los más decisivos” que ha visto en su vida en un 6-6 del quinto set. Pese a esa observación, más adelante subrayó que el servicio de Sinner no recibe el reconocimiento que merece.
Los números respaldan su tesis: en la final, el italiano firmó ocho aces, cero dobles faltas y ganó el 70 % de los puntos con su primer saque. Alcaraz, por su parte, totalizó siete aces pero también siete dobles faltas. Para Shelton, esa eficacia convierte a Sinner en “un sacador grande y, sobre todo, oportuno; cuando enfrenta bola de quiebre, parece que siempre cierra el punto con un ace”.
Más allá del servicio, el zurdo de Atlanta alabó la potencia controlada de Sinner. “Golpea fuerte, pero con margen; la pelota viaja pesada, no es un golpe plano con underspin. A mí me gusta que la bola suba un poco y, aun así, su golpe me resulta cómodo”, explicó. Añadió que muchos rivales sufren al inicio porque la velocidad constante de la pelota “puede ser abrumadora”, algo que le ocurrió al propio Alcaraz hasta que ajustó el ritmo.
Otro punto que, según Shelton, marca diferencia es la capacidad del italiano para ejecutar la derecha y el revés en carrera “como si tuviera dos derechas” gracias a su backhand a pie firme en posición abierta, lo que evita recurrir al slice defensivo.
Al valorar a Alcaraz, el estadounidense señaló matices: “Carlos a veces se conforma con poner efecto y empezar el punto, pero también es capaz de sacar a 135 mph y clavar un ace. Combina una derecha pesadísima, un desplazamiento élite y un toque formidable en la red; además puede encerrarse en modo muralla desde el fondo”.
Shelton concluyó que la final de París fue un escaparate de tenis “de altísimo clutch”: “Cada punto parecía un ‘match point’. Para quienes amamos este deporte, fue una obra maestra de confianza y resistencia”.
Con apenas 21 y 22 años, respectivamente, Alcaraz y Sinner ya protagonizan una rivalidad que promete marcar la próxima década. Para Shelton, la clave está en que ambos “todavía tienen margen de mejora”, un aviso que todos en el circuito han escuchado.